Siete consejos para viajar en avión con niños

Foto de Skeeze en Pixabay.      La primera gran aventura de viajar en avión debe ser bien explicada al niño para que se sienta feliz y sin miedo.

Viajar en avión con un niño, los padres pueden hacer una montaña de un grano de arena. El niño sólo necesita que se le explique la novedad sin transmitir miedo o inseguridad, sino con mucho amor. Después basta el sentido común y el consuelo para que el niño se sienta feliz y listo para una de las aventuras de su vida. Parece simple y lo es, siempre y cuando los padres sean conscientes de que el primer viaje puede dejar marcas en la confianza de este nuevo Ser.

Recordemos que el aeropuerto es el lugar donde cerca del 80% de los pasajeros pueden tener miedo. Un sentimiento que adquiere grandes proporciones y que funciona como una especie de nube negra que atrae y contagia fácilmente Seres más sensibles, en particular los niños. Ante esta realidad muchos padres no tienen discernimiento y autocontrol necesario para poder dialogar con sus hijos de manera que los aleje de la nube negra. Su miedo se superpone y por eso hablan en voz alta o incluso gritan a los niños, dándoles órdenes, para poder centrarse en su sentimiento de miedo que no pueden superar. Le dejamos siete consejos para ayudarle a superar el miedo y la inseguridad:

  1. El viaje comienza en tierra

El inicio del viaje comienza unos días antes de que el avión despegue. Sin dramas, los padres deben explicar tranquilamente al niño la aventura que está a punto de comenzar. Para hacer el viaje aún más emocionante vaya hasta un aeropuerto a ver los aviones aterrizar y levantar o opte por observar los aviones que sobrevuelan el cielo.

  1. Las Flores de Bach ayudan 

El Rescate contiene cinco esencias florales (Cherry Plum, Clematis, Impatiens, Rock Rose, Star of Bethlehem) ayuda padres y niños a pasar momentos menos fáciles, no es por casualidad que se llama ‘“rescate”. El Rescate si se toma días antes del inicio del viaje y durante el vuelo se relaja, calma y refuerza la seguridad.

El remedio de Rescate de Edward Bach, en gotas o spray – también encuentra la solución infantil, sin alcohol – tiene la función de equilibrar, en situación de emergencia, las innumerables cualidades y frecuencias de energías que componen la geometría vibratoria del Cuerpo, Alma y Espíritu del Ser Humano. También, puede utilizar la esencia floral RQ7 de Andreas Korte que contiene dos esencias florales más, la Consuelda Menor y Flor de Loto, se diferencia del Rescate por el hecho de que las flores no se cortan de la planta madre.

Estas dos flores de Bach deben acompañarnos en el día a día, pues funcionan como SOS para superar situaciones inesperadas de ansiedad, tensión, inseguridad o miedos que nos surgen cuando menos se espera.

 Estas esencias florales se pueden encontrar en herboristas, farmacias homeopáticas o a través del sitio web PHI Essences.

  1. Gestionar las energías en el aeropuerto

Ya en el aeropuerto, los padres deben hablar calmadamente, en un tono de cariño, con el niño para explicar lo que va a pasar dentro del avión. Este es también un momento en el que mucha energía asociada al miedo y la inseguridad circula por el aeropuerto y los niños, por ser muy sensibles, captan esa energía. Conscientes de esta realidad, los padres deben hablar con los niños para que no tengan miedo ni inseguridad a diferencia de muchas personas que los rodean.

  1. A bordo del avión

Ya dentro del avión, los padres deben tener serenidad y usar un tono de voz bajo para pedirle al niño que se siente cómodamente en el asiento y le enseñe a abrocharse el cinturón de seguridad, si no se sienta en su regazo. El amor y la confianza transmitida al niño hará que se sienta seguro para afrontar la aventura de su vida.

Si en un coche, el frenado y la aceleración ya ejercen presión sobre nuestro organismo, en un avión esta asume una proporción mucho mayor con el despegue y el aterrizaje. Además, la alta velocidad del vuelo, la presurización, el paso por las redes de Hartmann, los husos horarios y el cambio de hemisferio en el planeta permite grandes cambios en el Cuerpo, en el Alma y en el Espíritu de cualquier Ser Humano, sobre todo de los más sensibles como son los niños. Estos cambios se sienten, por ejemplo, a nivel de los vórtices vibratorios de los cuerpos sutiles y los chakras.

Foto de Aditomo68 en Pixabay.    Los padres deben tener mucha serenidad y hablar en voz baja para pedirle al niño que se siente cómodamente en el asiento y le enseñe a abrocharse el cinturón de seguridad.
  1. Descompresión de los oídos

El levantamiento y el aterrizaje son momentos de fuerte tensión dentro del avión, por lo que los padres deben saber explicarlo al niño para que en ese momento la situación sea fácilmente superada. Dele un poco de agua con dos o tres gotas de Rescate, coloque también una gotita en las fuentes, detrás de las orejas y en la parte interna de las muñecas, para que el niño haga la descompresión sin gran problema. Los padres deben hacer lo mismo para disfrutar del mismo alivio en los oídos y también transmitir seguridad y elevar la autoestima del niño.

  1. Diversión en la altitud

Con el avión en el aire fluyendo en el espacio del cielo y después de que el piloto dé la orden de poder quitarse el cinturón de seguridad, el momento es de total relajación. Los padres deben aprovechar el momento para hablar tranquilamente con el niño, jugar y disfrutar de la aventura que es viajar a gran altitud. La paciencia y la tranquilidad son la baza para vencer el cansancio y la irritabilidad que a veces afecta a los niños, sobre todo en viajes más largos. Depende de los padres encontrar las distracciones necesarias para llenar el tiempo cuando el sueño no aparece. El viaje por la ventana permite, por ejemplo, analizar la geometría de los suelos y de los castillos de nubes.

  1. Pozos de aire

Viajar en avión sin pozos de aire no es divertido. Depende de los padres explicar este fenómeno natural que puede ser encarado con una especie de carrusel mágico. Sin entrar en pánico, los padres deben sentar al niño y ponerlo a salvo para que todo esté preparado para la magia de bajar en el pozo de aire. En este momento es fundamental transmitir seguridad, tranquilidad, amor y alegría para que el niño sienta confianza y supere el miedo que pueda sentir.

 La Esfera Dourada siente y participa para que tenga un viaje más feliz.

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