Un escudo natural llamado Própolis

Foto de Esfera Dourada. La esencia de própolis tiene más de 250 compuestos químicos que sirven para reforzar el sistema inmunitario, combatir las infecciones y las heridas.

El própolis es un escudo de protección natural para el Ser Humano. Una defensa que existe gracias a las abejas, pues son estos pequeños insectos los responsables de la creación de la substancia mágica con poder antibiótico y fungicida.

En el inicio del trabajo organizado por las abejas para una nueva colmena, hay un número de abejas que se subdivide en siete grupos, cabiendo a cada uno la recogida de una resina diferente. Al llegar a la colmena, cada grupo deposita la resina recogida en la periferia de la colmena, como si fuera una piel, creando así un cordón de protección contra potenciales enemigos. Todos los animales saben, independientemente de la ubicación de la colmena (situada en un árbol alto o cerca de la tierra) que se sobrepasen esa barrera serán expulsados por las abejas.

También el apicultor, para llegar a los panales de miel, la primera cosa que hace es retirar esse cordón de protección. El própolis es así constituido por siete tipos de resinas diferentes cuyos tonos, pueden ser verde, rojo o gris oscuro (el más tradicional), el olor y su consistencia dependen de las plantas que las abejas encuentran cerca de la colmena.

El própolis, que contiene 250 compuestos químicos ya probados en laboratorio (flavonoides, ácidos aromáticos, terpenoides, aldehídos, ácidos alifáticos y ésteres, aminoácidos, esteroides, azúcares, etc.) es después trabajado en laboratorio para poder ser utilizado por el Ser Humano como un antibiótico natural. El consumo de própolis refuerza el sistema inmunitario, combate infecciones de la garganta y las heridas, entre muchas otras situaciones.

Prueba para saber se es alérgico

Hay muchas personas que son alérgicas al própolis, por eso antes de consumir haga una pequeña prueba. Ponga una gota de própolis en cada muñeca – si pasados 30 minutos crear una ampolla, entonces es alérgico, luego no debe consumirlo.

El uso de própolis deja una coloración amarilla y pegajosa que puede eliminarse con alcohol o desaparece naturalmente con el paso de los días.

El consumo de própolis ya viene de las civilizaciones China, Tibetana, Egipcia y también la Greco-Romana. Hay escritos antiguos de esas civilizaciones sobre medicina, en los que se destacan cientos de recetas con miel, própolis, larvas de abejas y a veces las propias abejas, para curar o prevenir enfermedades. Hoy en día, la loción de propóleo además de ser reconocida por su eficacia en el uso terapéutico y profiláctico es igualmente utilizada por la industria cosmética, debido a propiedades, como por ejemplo, calmante, hidratante, cicatrizante o de antiedad.

Un milagro en peligro de extinción

El própolis es un milagro que se debe exclusivamente a las abejas, aunque el hombre no se preocupa mucho por su existencia. Sin embargo, es bueno recordar que, como ha dicho Albert Einstein, “si las abejas desaparecen de la faz de la tierra, la humanidad tendrá sólo otros cuatro años de existencia.” Es importante subrayar que sin abejas no hay polinización, no hay reproducción de la flora, sin flora no hay animales, sin animales no habrá raza humana.

La extinción de las abejas no es todavía una realidad, pero hay señales preocupantes. La verdad es que en septiembre de 2016, US Fish and Wildlife Service introdujo por primera vez siete especies de abejas en la lista de animales en extinción. Una alerta que surge después de que en Estados Unidos y en Europa se detectaron descensos acentuados en el número de colmenas (sólo Estados Unidos perdió en 2015 el 44% de la colonia de abejas).

Por ahora se catalogan cerca de 25.000 especies de abejas en todo el mundo y sólo en Portugal el enjambre mundial es de alrededor de 600 mil y própolis continua siendo fácil de encontrar en tiendas de productos naturales.

Sin embargo, es necesario tener conciencia de que los insecticidas en la agricultura, la deforestación y el consumo excesivo de miel (el apicultor quita la miel, el alimento de las abejas, para vender), además del consumo de própolis, están contribuyendo a la extinción de las abejas.

 

Este texto es una toma de conciencia. Compruebe antes de consumir si es alérgico. De acuerdo con la estación del año y el momento en que se encuentra, cabe a cada uno sentirse si debe consumir própolis. La dosis y la frecuencia depende de la naturaleza y la condición física de cada ser humano.

Foto de Janleru en Pixabay.   Las abejas llegan a visitar, en un minuto, diez flores para recoger resina, polen y néctar para la colmena.

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