Beber Té Verde, Blanco, Negro, Rojo o Oolong, todos producidos a partir de la planta Camellia sinensis, es bueno para la salud. Esta es la publicidad ampliamente difundida a nivel mundial y basada en sus nutrientes, de los cuales se destaca la lucha contra la obesidad, el envejecimiento, un protector de los dientes, del corazón e incluso ayuda a combatir enfermedades degenerativas. Lo que se oculta es la alta dosis de fluororo que este tipo tés contienen, sustancia que bloquea todo el sistema nervioso central, en particular la glándula pineal, la maestra de las glándulas de nuestro organismo.
La obstrucción física y vibratoria del sistema nervioso central, dependiendo de la cantidad de fluororo ingerido y de la frecuencia – cada taza llega a tener entre 0,2 a 0,3 miligramos de flúor, varía con la intensidad del té – cambiará inmediatamente los sistemas ortosimpático y parasimpático, poniendo en peligro el equilibrio del sistema de los meridianos, los vórtices vibratorios de los chakras y los propios chakras. A largo plazo, todos estos sistemas tienden a quedar bloqueados, ya que la ingesta de flúor a menudo se oculta a través de muchos otros alimentos y productos que consumimos a diario.
Recordemos que la ingestión de flúor en el organismo se hace a menudo a través del agua del grifo, del consumo de vegetales, carne, pescado o incluso del uso de pastas dentales, desodorantes o cremas, lo que hace que el valor total acumulado pueda alcanzar un nivel muy elevado.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha fijado, por ejemplo, el valor máximo de 1,5 miligramos de flúor por litro de agua potable, pero hay investigadores que consideran que a partir de 0,4 miligramos de flúor por litro de agua hacen que las funciones sensoriales y mentales sean más lentas.
Los beneficios ofrecidos a través de los nutrientes de Camellia sinensis se ven así eclipsados por la cantidad de flúor, lo que a la larga hace que la pirámide del Espíritu, la doble pirámide del Alma y la pirámide del Cuerpo dejen de funcionar de forma ordenada y coordinada, provocando daños en las geometrías del Ser Humano.
Este texto es una toma de conciencia. Según la estación del año y el momento en que se encuentra, corresponde a cada uno sentir si debe consumir este alimento. La dosificación y frecuencia depende de la naturaleza y condición física de cada ser humano.
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