Biofotones son la Luz de nuestra Vida

Foto de Gerd Altmann en Pixabay.        Los biofotones existen en todas las células de los seres vivos presentes en el Planeta Tierra.

Nosotros, Seres Humanos, somos mucho más que átomos, células o materia, somos Seres de Luz. Nuestro organismo capta, produce y emite biofotones (viene del griego, bio significa via, fotón es luz), que sólo son detectados por lectores ópticos ultrasensibles. A simple vista sería necesario tener una sensibilidad mil veces superior para detectarlos.

Pero los biofotones no son exclusivos de las células de los seres humanos, estos existen en todas las células de seres vivos terrestres: plantas o animales.

Fue el ruso Alexander Gurwitsch a descubrir la existencia de biofotones en los años 20 del siglo XX y hoy los científicos ya admiten que los biofotones pueden ser la base de la comunicación intercelular.

Vladimir Voeikov, biofísico ruso de la Universidad de Moscú define biofotones como “una radiación electromagnética coherente y ultra debil, capaz de modular las actividades fisiológicas de las células y de los sistemas vivos de orden superior”. A partir de ese punto de vista, verificamos que los biofotones son paquetes de ondas que contienen información que se transmite a todos los sistemas vivos.

En la práctica estas partículas subatómicas de luz electromagnética son responsables de transmitir información que activa, inhibe y organiza las funciones vitales de los átomos, células, moléculas y de todos los órganos que componen nuestro organismo.

Esta información es denominada por los científicos como la “inteligencia”.

Fritz Albert Popp, el biofísico y científico alemán, descubrió en los años 70 que las células de ADN de los Seres Humanos almacenan y liberan fotones creando “las emisiones biofotónicas” que tienen la clave para la enfermedad y la salud.

Según este científico, la emisión coherente de biofotones está ligada a procesos de transferencia de energía e información en los organismos biológicos, como a la función del ADN para la regulación del gen. A través de sus investigaciones verificó también que las células sanas tenían más biofotones, mientras que las cancerosas y las células enfermas tenían una menor cantidad de biofotones. Fritz Albert Popp defiende así que cuanto más el ADN humano almacena y libera fotones (biofotones) más determina la salud de los tejidos vivos del cuerpo humano.

Foto de WikiImages en Pixabey.      El Sol está a 150 millones de kilómetros del Planeta Tierra y es el principal proveedor de biofotones.

¿De dónde vienen los biofotones?

El Sol es uno de los principales proveedores de biofotones. No es por casualidad que se dice que el Sol es vida. Él está a 150 millones de kilómetros del Planeta Gaia, Tierra-Madre, pero permite que haya luz, atmósfera favorable, con la existencia de agua en estado líquido y temperaturas adecuadas para el desarrollo y el mantenimiento de la vida. En los vegetales, la entrada de biofotones surge a través de la fotosíntesis y los animales, concretamente en los seres humanos, los biofotones son captados por los rayos del sol, a través de nuestra piel, a través de la melanina. Pero estas partículas de luz también pueden ser captadas indirectamente por la ingestión de alimentos. Sí, al alimentarnos, en particular de productos frescos y 100% biológicos (son los que tienen los tres principios de la vida), estamos recibiendo biofotones. Estos se almacenan en gran parte dentro de la doble hélice de las moléculas de ADN, siendo constantemente emitidos y absorbidos durante procesos bioquímicos, formando una red dinámica de luz, que controla los procesos de la vida celular.

Es de notar que el Ser Humano tiene propagado por su cuerpo doce recetores electromagnéticos: dos detrás de la cabeza, dos en el cuello, uno en cada codo, dos en los músculos lumbares junto a los riñones, uno en cada poplíteo (por detrás de las rodillas) y uno en cada tendón de Aquiles

La energía electromagnética (biofotones) es, en la práctica, la fuente fundamental de la vida humana que une el cuerpo al alma y al espíritu. El corazón es el más poderoso generador electromagnético de nuestro cuerpo, frente a otros como el cerebro, pues genera constantemente paquetes cuánticos electromagnéticos que cargan un conjunto de informaciones para todo el organismo. La fuerza electromagnética del Ser Humano puede, según los científicos, ser detectado hasta cuatro metros de distancia. Este campo magnético es también conocido por muchos como el aura del Ser.

Foto de Avi Chomotovski em Pixabay.      El Ser Humano capta directamente los biofotones enviados por los rayos del sol a través de la piel, vía melanina e indirectamente por la nutrición diaria.

 

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