La existencia del Ser Humano en el Planeta Gaia, la Tierra madre, está manifestada en un cuerpo, en una compleja red de átomos y moléculas por donde pasa toda la energía e información de nuestra esencia. Una red que cuando funciona en perfecto equilibrio, sin estrés y de forma eficiente, permite recibir, transformar, dinamizar y emitir información energética también en ese tono de armonía.
Sin embargo, toda esta interacción requiere fuentes de energía, siendo una gran parte obtenida por nuestro organismo a través de la nutrición que hacemos diariamente y varias veces al día.
La alimentación tiene que ser saludable, variada, completa y equilibrada, respetando siempre el estado en que nos encontramos – en el momento y local donde tomamos la comida, atendiendo a la naturaleza del Ser que somos:
más Sulfúrico (apreciador de una alimentación más pesada, por ejemplo, buenos platos de carne),
más Salino (le gusta la comida condimentada, como por ejemplo, salados, tapas o pinchos),
o más Mercurial (prefiere una alimentación ligera que casi no necesite masticar, por ejemplo, ensaladas, frutas, zumos).
El propio Ministerio de Salud de Portugal reconoce la necesidad de aumentar la conciencia de una alimentación saludable y lanzó a finales de 2017, la Estrategia Integrada para la Promoción de la Alimentación Saludable. Un documento en el que se supone, por ejemplo, que los malos hábitos alimenticios nos roban años de vida y representan más del 86% de la carga de enfermedades soportadas por el sistema de salud en Portugal. Es por eso que avanzaron con un paquete de medidas legislativas patrocinados por la Unión Europea y la Organización Mundial de la Salud (leer más en: alimentaçión saludable y la legislación creada por el Gobierno Portugues).
Si por un lado la población ha vivido más años, por otro, ella ha pasado más tiempo enferma, constata también Lair Ribeiro.
También la brasileña Conceição Trucom, científica, química y escritora [‘O Poder de Cura do Limão‘ es uno de sus libros más conocidos], dice que “es el momento de salir de la matriz. El consumidor tiene que salir de su zona de confort para informarse más sobre los alimentos que ingiere. Deben saber quiénes son los proveedores, los productores, leer bien las etiquetas y saber bien lo que compran. Tenemos que despertar “.
Una alimentación saludable no depende sólo de variedad de buenos alimentos, es también necesario saber cómo consumirlos. La comida cruda y viva ha ganado en los últimos tiempos una legión cada vez mayor de fans, pero la mayoría de la población mundial sigue siendo fiel a una alimentación cocinada a altas temperaturas. Tal vez esta sea una memoria antigua difícil de romper, por eso conviene alertar, por ejemplo, al tipo de cacerolas y cazuelas que se deben usar para que la alimentación no siga siendo contaminada.
Los especialistas dicen que se deben evitar modelos de cacerolas y cazuelas antiadherentes o teflón (que contienen PFOA o PTFE), así como las de aluminio. Como alternativa, los mismos especialistas consideran que las mejores opciones son vidrio, cerámica o titanio. También pueden utilizarse ollas y cazuelas en cobre, hierro o barro desde que sean utilizados de forma correcta para no contaminar los alimentos.
En resumen, tener una alimentación sana depende de múltiples factores y no es decidida por Decreto-Ley de cualquier gobierno. Sin embargo, como consumidores conscientes de lo que es una alimentación saludable y sostenible, tenemos el poder de decidir lo que puede y debe ser una alimentación adecuada a nuestra “naturaleza y estado” como seres humanos.
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Refuerce su conciencia en:
http://www.euro.who.int/__data/assets/pdf_file/0016/353050/Foodlabeling-in-Portugal_web.pdf