Las esencias florales son catalizadores de armonía para ayudar a superar desequilibrios, causados por emociones y sentimientos acumulados o bloqueos, y restaurar nuevamente los niveles de paz, armonía, tolerancia, amor, sociabilidad, confianza, vitalidad, regeneración, alegría, fuerza de vivir, intuición y creatividad, entre otros.
Los Seres Humanos, Animales o Plantas, al interactuar con una esencia floral, por ingestión o contacto, pasan a recibir por resonancia las propiedades vibratorias contenidas en ella. Esta es una interacción directa con las pirámides vibratorias que constituyen la geometría sagrada de cada Ser vivo y que permite aumentar de forma natural la capacidad de regeneración y reequilibrio del Espíritu, del Alma y del Cuerpo.
La terapia de esencias florales utiliza todas las propiedades de la estructura energética y vibratoria existente en el elemento de la naturaleza con que se elabora la esencia. Estas pueden ser constituidas a partir de un mineral, cristal, metal, planta, animal terrestre o marino, ser vivo del océano, planeta, pléyade o incluso de un circulo de trigo. Cada uno de estos patrones de energía vibratoria, que varía de esencia a esencia, va a funcionar como catalizadores en el proceso de transformación y expansión, que permite al Ser vivo superar desequilibrios acumulados como el miedo, la inseguridad, la tristeza, la incertidumbre, la rabia, las preocupaciones, el estrés, la ansiedad, los bloqueos, los traumas, la desesperación, entre otros.
Las esencias energéticas actúan en la raíz del desequilibrio o bloqueo, manifestado al nivel vibratorio y no sobre sus síntomas, asumiéndose como un verdadero catalizador energético, vibratorio y afirmativo que ayuda a reforzar la necesidad de superar, desbloquear o eliminar los desequilibrios que nos acompañan en el día a día y en nuestro desarrollo como Ser.
Las esencias energéticas se consideran el exponente máximo del aprovechamiento de los tesoros que la naturaleza, en particular GAIA la Madre Tierra, nos ofrece para mantener el equilibrio y la buena salud.
Edward Bach hizo famosas las esencias florales
El auxilio de las plantas para tratar bloqueos y desequilibrios mentales, emocionales o físicos es una práctica corriente desde la antigüedad como demuestran los métodos de curación milenarios del antiguo Egipto, de la Medicina Tradicional China o de la India (Ayurveda). Pero las esencias florales comienzan a ganar verdaderamente notoriedad a partir de los años 20 y 30 del siglo pasado con Edward Bach, médico y homeópata de origen británico. Considerado el “padre” de las bases modernas de la terapia floral, Bach desarrolló – después de varios descubrimientos en el área de la bacteriología y de la homeopatía – un conjunto de 38 esencias, conocidas hoy mundialmente por las Flores de Bach.
Todo comenzó cuando Edward Bach tuvo un grave problema de salud en el que después de una hábil cirugía le dieron solo tres meses de vida. Ante la noticia, Bach decidió intensificar su vida profesional en el laboratorio para olvidar el problema y concluyó que la conciencia de un propósito en vida le daba más salud cada día que pasaba. Bach vivió 22 años más.
Biólogo Andréas Korte crea esencias de la nueva generación
Al igual que Bach, el investigador y biólogo alemán Andreas Korte decidió, desde 1984, desarrollar también esencias florales vibratorias, pero a través de un método totalmente innovador. Andreas capta la onda de luz y vibración del elemento de la naturaleza seleccionado para la esencia a través de geodes de cristal. El proceso innovador evita, por ejemplo, que una planta sea sacrificada y la energía de su corte sea captada en la creación de la esencia, a diferencia de lo que sucede en las Flores de Bach.
La nueva generación de esencia floral vibratoria, elaborada por PHI Essences liderada por Andreas Korte, no contiene ninguna sustancia de animales, plantas o minerales, solo su energía vibratoria, siendo que todos los productos son veganos. Es gracias a una nueva conciencia de creación, en total armonía y respeto por la Naturaleza y por el Planeta, que estas nuevas esencias han tenido resultados comprobados y son hoy valoradas y usadas en muchos países, aunque PHI no reclama ningún tipo de derechos terapéuticos para sus esencias.
La PHI Essences ya tiene un porfolio con más de 600 esencias vibratorias, recogidas en diversos puntos del Planeta y que van desde minerales, cristales, metales, plantas, animales terrestres o marinos, seres vivos de los océanos, planetas, Pléyades e incluso circulos de trigo. Todas estas esencias florales pueden ser consumidas por Seres Humanos o aplicadas en animales y vegetales.
El equipo de Andreas Korte aprovecha aún todo el trabajo realizado a través de la elaboración de las esencias vibratorias para realizar trabajos de activación de aguas e investigaciones de tratamiento ambiental en zona de riesgo como es la zona de Chernóbil, en Ucrania, de Tokay, en Japón, o en la región del Amazonas.