Equilibrio alimentario mediterráneo

**Foto de Dominik & Frederike Schneider en Pixabay.** Los países mediterráneos tienen una abundante nutrición en vegetales, leguminosas, fruta y el consumo de pescado es moderado.

Los países de la cuenca mediterránea, como Portugal, tienen un estilo de alimentación completo y equilibrado que según los expertos, protege la salud, promueve la longevidad y la calidad de vida. Esta opción alimentaria asumió una mayor visibilidad en la década de los 50 del siglo XX, cuando el investigador norteamericano, Ancel Keys, verificó que los países del Mediterráneo presentaban una menor incidencia de infartos, en comparación con otras zonas del mundo. En cuestión estaba no sólo la alimentación – abundancia de vegetales, leguminosas y fruta y un consumo moderado de pescado en detrimento de carnes rojas, lácteos y productos procesados – sino también la grasa usada, el aceite de oliva.

Muchos otros estudios se siguieron y sus conclusiones apuntaron a un régimen alimentario saludable. Un patrón alimenticio que llevó, en 2013, la llamada “Dieta Mediterránea” a ser considerada ‘Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad’ en países como Portugal, Chipre, Croacia, Grecia, España, Italia y Marruecos. La UNESCO considera que es un modelo alimentario cultural, histórico y de salud a preservar y a ser transmitido como herencia cultural a las generaciones futuras.

Conscientes de la importancia de este régimen alimentario, también el Ministerio de la Salud de Portugal, a través de la Dirección General de Salud, lo incluyó en el Programa Nacional para la Promoción de la Alimentación Saludable (leer más en Guía Alimentar Mediterráneo).

Los expertos creen que la dieta mediterránea puede reducir la mortalidad provocada por enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares, cáncer, parkinson o alzheimer, entre otros estreses.

La cocina mediterránea tiene en su esencia sopas, cocidos, guisos o estofados donde sobresale el consumo elevado de productos de origen vegetal (cereales poco refinados o integrales, hortalizas, frutas, leguminosas, frutos secos y oleaginosos), frescos, en consonancia con la estacionalidad y la opción por el pescado es moderada, en detrimento de los lácteos, carnes rojas [consumo preferencial de carnes blancas: pollo o pavo] o productos procesados. Como condimentos se utilizan la cebolla y el ajo, funcionando las hierbas aromáticas como un sustituto de la sal y, el aceite se consume a menudo para templar o cocinar. Las comidas son acompañadas principalmente por agua, siendo el consumo del vino hecho con moderación (ver más en rueda de los alimentos mediterráneos).

Pero atención, paralelamente al régimen alimentario importa subrayar que para la salud del organismo es fundamental la actividad física regular, pues sólo así se previene algunas enfermedades y la obesidad que actualmente ya afecta muchos portugueses.