¿Hay vacunas 100% seguras?

“La vacunación es un derecho y un deber de ciudadanía”.

Por eso, obliga a tomar dos vacunas (Difteria y Tétanos) y recomienda un plan de vacunación que, a su juicio, garantiza la salud de cada ciudadano y salvaguarda la comunidade.

Sólo en el primer año de vida de un niño, el Estado Portugués recomienda que se dé 17 vacunas (dos son obligatorias) contra 11 enfermedades potenciales. Esta es una recomendación seguida también por otros países a escala mundial. Una política que llevó la Organización Mundial de la Salud a felicitarse por haber evitado, entre 2010 y 2015, al menos 10 millones de muertes.

Enseguida algunos consejos para aclarar estas cuestiones en este y en textos asociados, pero incumbe a cada uno decidir lo mejor para usted y para su familia.

La Dirección General de Salud, organismo bajo la tutela del Ministerio de Salud, dice en su sitio web, en el folleto “Preguntas frecuentes sobre vacunación”, que “después de tantos años de experiencia y muchos millones de vacunas administradas en todo el mundo, puede afirmarse que las vacunas tienen un elevado grado de seguridad, eficacia y calidad”.

El Estado Portugués asume implícitamente que no existen vacunas 100% seguras, sin embargo las autoridades no vacilan en recomendar y publicitar un vasto plan de vacunación hasta los 10 años. En Portugal, sólo hay dos vacunas obligatorias: Difteria y el Tétanos (Decreto-Ley no. 44198 de 20 de Febrero de 1962) y 15 más que son recomendadas por el plan nacional de vacunación que cumplido íntegramente, significa que un niño hasta los 10 años lleva al menos 30 pinchazos, pues hay vacunas divididas en varias dosis. 

“Es como echar lejía dentro de un cuerpo de un niño que acaba de nacer”, dice una bisabuela que prefiere el anonimato. Isabel, nombre ficticio, confiesa que también ella cuando niña estuvo a las puertas de la muerte debido a una reacción adversa a una vacuna.
“A los 2 años de edad, una semana después de haber sido vacunada me quedé tan enferma que perdí el hablar y dejé de andar, habiendo recuperado sólo más de seis meses después. En ese momento, mis padres decidieron no vacunarme más. Hoy con más de 70 años, muchos pelos blancos y una familia por mí formada que ya va en la cuarta generación, sigo sin aconsejar la vacunación a nadie”.

Al igual que Isabel hay muchos otros padres en Portugal que, por una cuestión de seguridad de salud de su familia, deciden decir no a las vacunas. Son hoy ya, según las autoridades, alrededor del 5% de los bebés que están limpios de vacunas.

La autorización y vigilancia de las vacunas en Portugal cabe a la Autoridad Nacional del Medicamentos y Productos Sanitarios (Infarmed) que hasta hoy nunca se han detectado, al menos que se haya hecho público, ninguna conexión entre los casos de muerte que sucedieron después de la administración de vacunas. Pero el Infarmed se ha visto obligado a suspender por varias veces lotes de vacunas.

El lado oscuro de las vacunas permanece oculto en Portugal, aunque hayan registros en la prensa de bebés que quedaron sin vida después de vacunados (Setúbal, vacuna contra meningococo tipo B o Loures – Portugal) y también muchas mujeres embarazadas que perdieron el bebé después de la administración de la vacuna (uno de los últimos casos fue contra la gripe A en Portalegre – Portugal), pero la Dirección General de Salud garantiza que “no hay reacciones adversas” que provoquen la muerte u otro tipo de lesiones graves. Las señales de alarma surgen también en varios países:
China, Brasil, Filipinas, entre muchos otros (ver también enlaces abajo).

Después hay otro tipo de vacunas como la contra la gripe: sólo en 2016/17 fueron vacunadas 1,3 millones de personas con más de 65 años (67% del universo, ver informe, y aun así murieron más de 4.500 personas, siendo que la gran mayoría tiene más de 64 años (lee aquí la noticia).

¿Los portugueses no tienen el derecho de conocer el margen de error de las vacunas y los daños que causan?
¿Y si en ese porcentaje está su hijo?
¿Hasta cuándo va a continuar el tabú sobre el lado oscuro de las vacunas?
¿Existe un fuerte miedo de desacreditar el supuesto éxito de las vacunas y por eso es preferible ocultar sus maleficios?

Las dudas son más que muchas para que se ponga nuestra salud y la de nuestros seres queridos, mucho menos la vida, en manos de terceros. La decisión incumbe a cada uno, pero que haya la conciencia de que no existen vacunas 100% seguras.