Algas alimentan, tratan e incluso crean el plástico del futuro

Foto de Kerstin Riemer en Pixabay.   La recolección de algas fue regulada por primera vez en 1308 por el rey D. Dinis.

No tienen raíz, tallo, ni dan flor o fruto y viven en mares, ríos o lagos. Son verdaderas joyas acuáticas, en particular las algas marinas. Las algas son la base alimentaria del ecosistema acuático, pero también ofrecen benefícios excepcionales al ser humano desde el punto de vista nutricional, medicinal y ambiental. No es casualidad que muchos pueblos que viven junto a la costa marítima, en particular los del sudeste asiático, los indios de América Latina o los Europeos sobre todo del Norte, sean los que consumen con regularidad desde hace miles de años.

En Portugal, la recolección de algas fue reglamentada, por primera vez, en 1308 por el rey D. Dinis. Aún hoy la Sargassum Muticum, comúnmente conocida por Sargazo, es frecuentemente extraída para la producción de biofertilizante.

Las algas son seres singulares que se distinguen a través de su gama viva y variada de colores. Hay más de 25 mil especies clasificadas según la composición de su pigmentación, el color, que va del verde al marrón, pasando por el rojo hasta el azul. Pero atención que no todas pueden ser consumidas por el Hombre, son tóxicas (tienen una frecuencia de energía muy elevada no siendo compatible con nuestro estado actual) y el consumo debe recaer siempre sobre las algas 100% biológicas.

Estos vegetales acuáticos son considerados por muchos expertos como un regalo del futuro, debido a la facilidad y rapidez con que crecen y se adaptan al medio ambiente, lo que permite una constante reproducción natural o incluso una producción a gran escala en la acuicultura y a un precio de bajo costo.

Los datos de 2013, publicados por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (ONUAA, o más conocida como FAO), ya mostraban que a nivel mundial se producen anualmente cerca de 27 millones de toneladas de algas, de las cuales el 90% se realiza en acuicultura. En términos financieros vale unos siete mil millones de dólares, según la FAO.

Sin embargo, estas cifras son muy modestas en comparación con el gran potencial que existe: producción para alimentación humana y para la industria química que, además de fabricar medicamentos y productos de belleza, apuesta también por la creación de la nueva generación de plásticos, los bioplásticos. Esta podría ser una de las soluciones para frenar la ola de contaminación que está matando al planeta, ya que según los últimos datos divulgados por la ONU (Organización de las Naciones Unidas) se producen anualmente 400 millones de toneladas de plástico, de los cuales solo el 9 % se recicla con eficacia.

Hoy en día, según un estudio de la Ellen MacArthur Foundation, revelado en el Foro Económico de Davos de 2016, por cada cinco toneladas de pescado hay una tonelada de plástico en el mar. Un coeficiente que en 2025 podrá pasar de sólo tres toneladas de pescado a uno de basura (leer más en “Reconozca un plástico con ‘Bisfenol A’ y proteja su vida“).

Para combatir esta ola gigante ya hay empresas como, por ejemplo, Iberagar, Algaplus, Wedotch o Algatec, entre otras que operan en Portugal, que desarrollan la creación macroalgas destinadas a la producción de bioplásticos (además de producir algas para la alimentación y para la industria). Es la respuesta a las pretensiones de Bruselas que pretende, para 2020, tener un 10% de bioplástico creado en el mercado europeo.

Foto de Ronile en Pixabay.   Ya hay empresas en Portugal que intentan crear macroalgas para producir bioplásticos.

Algas marinas irradian nutrientes

Si ya comió en un restaurante chino, japonés, tailandés o macrobiótico probablemente saboreó algas, incluso sin saberlo. Estos vegetales del mar, vamos a centrar el análisis sólo en las macroalgas del mar, son ricas en:

Se já comeu num restaurante chinês, japonês, tailandês ou macrobiótico provavelmente saboreou algas, mesmo sem saber. Estes vegetais do mar, vamos centrar a análise apenas nas macroalgas do mar, são ricas em:

  • hidratos de carbono,
  • proteínas,
  • calcio,
  • vitaminas y
  • minerales essenciales

Son fuente de iodo, hierro, potasio, cobre, magnesio y zinc, entre otros nutrientes, además de muchas algas contienen también caroteno, una sustancia que tiene un papel protector contra las células cancerosas. Pero para que el alga tenga altos valores nutricionales es necesario que sea cultivada en su hábitat natural y recogida en océanos profundos, sin contaminación y procesada por métodos tradicionales, subrayan los expertos. Sin embargo, hay que señalar que las algas son bioacumuladores medioambientales, es decir, que sus tejidos pueden acumular metales pesados como mercurio, plomo, estaño, entre otros, fruto de la contaminación de los océanos. Pero a pesar del riesgo tienen un valor nutricional único.

Pedro Lôbo do Vale, médico, citado en el sitio del “Celeiro”: “Las algas presentan un alto contenido proteico y algunas especies, como la Spirulina, contienen cerca de 70% de proteínas. Son ricas en aminoácidos esenciales y muy bien digeridas debido a la presencia de sales minerales y algunas enzimas. Estos vegetales presentan un bajo nivel de hidratos de carbono y de azúcares.” Este médico explica además que el yodo de las algas puede ayudar a equilibrar la disfunción de la tiroides en caso de hipotiroidismo, sin embargo, para este tipo de pacientes, Pedro Lôbo do Vale dice que el consejo del médico es esencial para quien quiere hacer una alimentación regular a base de algas.

Foto de Praha/ČR en Pixabay.  Las algas son ricas en aminoácidos esenciales y muy bien digeridas debido a la presencia de sales minerales y algunas enzimas.

El menú de beneficios al organismo humano es muy vasto, pero sólo para tener una idea refuerza el sistema inmunitario, limpian y desintoxican la sangre y el cuerpo, por lo que a menudo se recomiendan en tratamientos contra la obesidad. Y protegen el corazón o estómago de gastritis y úlceras, entre muchas otras situaciones, además de tratamientos de belleza del cabello y piel.

Pero antes de consumir debe tener en cuenta que cada alga tiene beneficios únicos que conviene respetar, como por ejemplo si es de agua salada y si es más ajustada para épocas de temperaturas más altas (primavera o verano) o frías como el otoño o el invierno. Dudas que pueden ser aclaradas por un especialista en nutrición.

Este texto es una toma de conciencia. De acuerdo con la estación del año y el momento en que se encuentra, cabe a cada uno sentir si debe consumir este alimento. La dosis y la frecuencia depende de la naturaleza y la condición física de cada ser humano.

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10 tipos de algas para tener en la mesa

 

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